La Esfinge egipcia, representada generalmente en tamaños colosales, como una mujer con cuerpo de leona, aparece relacionada con la diosa Neith, divinidad de la sabiduría. Todavía se puede apreciar en la Tebaida el espectáculos de anchas venidas franqueadas por hileras de esfinges monolíticas, y sobre todo descolla la esfinge gigantesca de Gizeh Los griegos mencionan la aparición real de la esfinge en la región de Tebas de la Beocia, donde interrogaba a los viajeros planteándoles una adivinanza: ¿Cuál es el animal que primero anda en cuatro patas, luego en dos y finalmente en tres. Todos los que fallaron en acertar fueron estrangulados y arrojados al mar. Hasta que finalmente el joven Edipo, que cruzaba la comarca hacia un santuario de Apolo, dio la respuesta acertada: El hombre, que en su infancia gatea, en su plenitud anda en sus piernas, y en su vejez debe recurrir al bastón como si fuese una tercera pierna. La Esfinge, entonces, se lanzó a las olas y el pueblo de Tebas, jubiloso, acogió a Edipo, lo casó con la reina viuda, Yocasta, sin que ninguno supiese que la reina era la madre de Edipo.